Y vinieron los Guay! y fue genial; pero lo fue más aun cuando se pusieron a pinchar Miqui y Aída, Miss Pineapple, y ya no sabíamos ni dónde estábamos ni con quién, pero qué maravilla y qué forma de bailar y qué cortan se hacen seis horas cuando la luz es tenue.
Una imagen vale más que 1.000 palabras,
y el Conde nos ha pasado 40.
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